PAÍS DE PANDERETA

Veo un retrato de mis padres bailando. Ella tiene cara de felicidad. Él de responsabilidad, de esfuerzo y trabajo duro. Es posible que la fiesta a la que están invitados sea en Francia. Eran emigrantes.
Viendo este retrato intento hacer una abstracta similitud con la situación actual de nuestro país. Un país de pandereta, donde hacen princesa a una famosilla del papel cuche y hasta se atreven a presentarla como candidata a unas futuras elecciones nacionales, incluso vaticinando los escaños que pudiera obtener y los votos que restaría a otras formaciones de izquierda. Lo dicho, un país de pandereta.
Pero esto ocupa todos los programas de televisión y las audiencias se disparan.
¿La huelga General? Eso no importa, ya nos encargaremos de desacreditar a los agentes sociales llamados sindicatos de clase y convencer al pueblo del fracaso de la convocatoria. Ese es el pensar de la mayoría de los medios de comunicación que no quieren peder sus importantes beneficios, prebendas, favores y concesiones de todo tipo.
Todo ello, evidentemente, aliñado con un poco de prensa amarilla y unos tertulianos con el mismo discurso antisindical. Ahora toca cuestionar la legitimidad de los sindicatos y atacar su papel constitucional en la defensa de los trabajadores / as de este país.
La Reforma Laboral no interesa: no vaya a ser que los trabajadores comprendan la magnitud de esta reforma y tengamos que romper el cheque en blanco que se les ha dado a los empresarios abaratando los costes laborales y legalizando el despido libre y prácticamente gratuito. Lo dicho un país de pandereta.

Está es una reforma Laboral a la medida de los empresarios, de la patronal, donde se institucionaliza la temporalidad. Donde se incrementa el poder de las empresas cuestionando los convenios colectivos.
Está RL amplía el despido por causas económicas sin exigir pérdidas ni justificación del peligro de viabilidad a la empresa.
Introduce el despido preventivo: no es necesario que la empresa tenga pérdidas, sólo con preverlas para un futuro puede extinguir los contratos de trabajo.
Se abarata el despido hasta un 80 %, dejando las indemnizaciones en 20 días por año de servicio – con un máximo de 9 mensualidades- de los cuales 8 días los paga el FOGASA.
Se nos puede despedir: por pérdidas actuales o futuras, para favorecer la competitividad en el mercado, por una evolución negativa en las ventas, en la facturación, etc.
Despido exprés, despido por absentismo al estar de baja por IT.
Pero esto a los medios de comunicación no les importa, sólo quieren saber:
¿Son necesarios los sindicatos?
¿Quién legitima a los sindicatos?
¿Quiénes son los liberados, y cuantos?

Preguntas que están reguladas en la Constitución, en el Estatuto de los Trabajadores, en la Ley Orgánica de Libertad Sindical y otras muchas leyes.
Lo dicho un país de pandereta.

Desacreditar a los sindicatos es atentar contra los derechos fundamentales de los trabajadores / as y ciudadanos / as.

YO EL 29 S... SI VOY

Felipe Boluda Cabrera.