Hubo un relámpago en la azotea de la mirada,
aquella que albergaba la esperanza del olvido,
donde las espuelas de lo laborioso era rutina
y faltaba la comida y la expresión definida.
Donde en la cama yacía caliente la desesperación,
y no había retorno, ni futuro, solo el día acabado.
Y el cantar a la luna ecos sedientos de libertades adormecidas,
se los guardaba en lo único que había,
aquella barata tela zurcida.
Y de aquellos encuentros sedientos,
florecieron bajo el rayo, los hijos del silencio.
5 comentarios:
Que bella poesía! ! Gracias por regalarmela en un día como hoy!
Tambien muchas gracias por tus palabras, tus saludos y tanto afecto.
Los hijos simepre son lo mas maravilloso que nos da la vida, nuestro mas preciado tesoro.
Andina
tremendo! sobre todo como termina...hay muchos hijos del silecio lamentablemente...los callaron por muchas cosas...
un abrazo
Gracias por el regalo, y por tanto apoyo y por tus palabras y por todas las sorpresas que me encuentro cuando paso por aqui, es un autentico placer.
Muchisimos besos!
Felu, recien ahora entendi esto de los premios y eso q es la segunda vez...y vos q decias q vos eras el duro con esto de la internet...
igual ahora el señor blog no me deja hacer modificaciones...valla a saber uno porque...me marca erros de pag...asiq nada en cuanto la tecnologia me lo permita pongo mi distincion y le doy el premio a otros blog...un abrazo
Hijos del silencio... los frutos de encuentros sedientos, me encanta, me encantó empezar mis vacaciones leyéndote.
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